Ser profesor ha sido una inquietud desde siempre. Recuerdo que cuando era niño jugábamos a la escuelita y yo era el profesor quién enseñaba cosas simples como sumar, restar, leer o cualquier cosa que acababa de aprender en la escuela. Como parte de la hiperactividad tuve muchas más inquietudes a lo largo de mi formación.
La historia y la geografía son materias que no me agradan en lo más mínimo, siempre me incliné por las matemáticas, el español y las ciencias naturales. En la secundaria seguí con los gustos por las mismas materias, anexando el de la química y la física (ciencias).
Desde conductor de radio hasta actor pasando por algunas otras profesiones eran hasta ese entonces mis inquietudes , pero nada concreto.
En el bachillerato tuve muchas oportunidades para desarrollar el gusto por la física y las matemáticas, me inscribieron a un concurso de matemáticas, después a uno de física, obteniendo en los dos resultados no tan desastrosos como pocos imaginaban. Para segundo semestre tuve mis primeros contactos con estar frente a grupo, mi profesor de matemáticas, el de español nos dejaban dar clase cada vez que lo desearamos (la case era supervisada por ellos) y allí fue donde tuve esa gran sensación de ser "profesor". De nuevo habría concurso de matemáticas y de física, preparado con tiempo esta vez obtuve muy buenos lugares, tanto así que obtuve el primer lugar en el de física. Este triunfo marcó mucho mi inclinación y gusto por la física.
Una vez terminada la preparatoria decidí ingresar a la facultad. Presenté examen en la facultad de ciencias físico-matemáticas con el fin de seguir mis estudios en la materia que tanto quiero. Decidí entrar a dicha facultad porque el plan de estudios mencionaba algo así como " Habilidades para ejercer la docencia" cosa que jamás pasó. Decepcionado y sin ganas de seguir no realicé mi inscripción para el segundo semestre. A pesar de la decepción aquella inquietud aún seguía dentro de mí, era como una gran voz chillante que decía que debía hacerlo. Me inscribí a la escuela normal superior, hice los trámites, presenté los exámenes y los pasé. Ahora estoy aquí, a casi 4 pasos de los 8 para ser profesor y me siento completo, me siento feliz y sobre todo, con una gran satisfacción por los pequeños ensayos que hemos realizado frente a grupo.
De ahora en adelante cada vez que alguien me pregunte, ¿Porqué quieres ser profesor de física? contestaré, porque tengo vocación.